Dejar de trabajar; un momento tan ansiado como temido. Es que el empleo es una de las actividades principales de nuestra vida, en la que invertimos no sólo energía, sino tiempo; se trata de uno de los asuntos que más tiempo precisan. Habrá quienes cumplan una jornada de 9 horas diarias durante 40 años consecutivos, quienes comienzan más tarde y trabajan medio turno, otros que en distintos momentos de la vida han parado.
Más allá de las particularidades, según un estudio de la revista Muy Interesante, el tiempo promedio que un ser humano le dedica en su vida a trabajar es de 8 o 9 años. Suena poco si pensamos en que nos pasamos 22 años…¡durmiendo! No está tan mal, ¿verdad?.
Sin embargo, el trabajo esconde una trampa: cuando somos jóvenes, esperamos ansiosos a que llegue el momento de dejar de hacerlo, pero cuando es hora, nos resistimos. O no tenemos el dinero suficiente para la vida que queremos, o nos da miedo estar inactivos.
Pues bien, eso está cambiando. Cada vez vivimos más años, lo que hace que se extienda el período en el que estaremos retirados y volviendo vital una planificación previa. A esto se suma que las jubilaciones, especialmente en América Latina, no alcanzan para vivir dignamente, sumado a una situación económica de constante inestabilidad en esta zona del mundo.
Ahorro a tu medida
Está claro que hay que ahorrar, pero la mayoría no sabe ni cómo empezar a hacerlo. En un escenario de inflación y devaluación constante, los planes de retiro o ahorro son una herramienta extremadamente eficaz para salir del mercado laboral airoso y entrar a una nueva vida.
Ahora bien, ¿cómo funcionan? Se ahorra un porcentaje del sueldo todos los meses, que va a un fondo entre varios, manejado por asesores financieros expertos. Además de ser seguro, la gran ventaja de estas opciones es que son flexibles; el porcentaje y tipo de inversión es bien ajustado al perfil y necesidades particulares de cada persona.
Así, cada vez son más las personas que optan por estas soluciones de manera particular y las empresas las consideran entre sus mejores beneficios para empleados. Sin ir más lejos, los fondos de ahorro lograron penetrar en la generación millennial (nacida entre el 1981 y el 1996, aproximadamente), resistente a la planificación de cualquier tipo, volviéndose el segmento que más elige este tipo de soluciones.
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