Los Exchange Traded Funds o ETFs son fondos que se negocian en bolsa y están estructurados para replicar el comportamiento de un índice, un commodity o de un grupo de activos específicos. El activo particular que sigue cada uno de estos fondos se denomina benchmark y permite medir qué tan efectivo es su comportamiento o performance a lo largo del tiempo.
Vale la pena aclarar que un fondo no es más que un portafolio donde diferentes inversionistas juntan sus recursos para ser colocados en activos seleccionados con un peso determinado y administrados por un gestor. Para el caso particular de los ETFs que replican un índice bursátil, si bien están compuestos por algunos de los activos de la canasta del índice, su estructuración no es necesariamente igual, ya que, si bien buscan replicar el comportamiento de su benchmark, también intentan obtener un mejor rendimiento.
Para hablar de un caso concreto, uno de los ETF más conocidos es el SPDR S&P500 ETF trust, que busca replicar el comportamiento del índice S&P500 con posiciones en compañías de alta capitalización de mercado, tales como Apple con 5.9%, Microsoft con 5.6% y Amazon con 4.0% entre otras. En términos de distribución sectorial, como puede verse en el Gráfico 1, los cuatro mayores sectores que representan más del 60% de la asignación son Tecnología, Servicios Financieros, Salud y Consumo cíclico.
Gráfico 1. Elaboración propia. Datos Bloomberg y Yahoo Finance
Además, el gráfico de la izquierda muestra la relación entre el comportamiento de las unidades del S&P500 en azul con el SPDR en naranja para los últimos 5 años. Esta relación es tan marcada que se puede notar la caída en marzo de 2020 originada por el inicio de la pandemia, así como la posterior recuperación de los últimos dos años. Durante el último año ambos han tenido rentabilidades similares de alrededor de 27%.
Hablando del mercado accionario estadounidense, la expectativa de inicio de 2022 es de crecimiento impulsado todavía por el exceso de liquidez existente. Si bien un cambio en la postura de la Reserva Federal en términos de tasa podría afectar la percepción de los inversionistas, lo cierto es que la continua inyección de dólares de los dos últimos años todavía da una inercia importante que debería continuar viéndose durante el primer semestre de 2022 en el precio de las acciones. Por supuesto, dos de las tendencias de fondo que seguirán afectando este escenario son: la velocidad de producción de microprocesadores en términos de las proyecciones de ventas de las compañías y el impacto que la variante Ómicron pueda tener sobre la reactivación de la economía global.
En términos de renta fija, el escenario de este inicio de año refleja el temor inflacionario de los bancos centrales mostrando una vez más como la política monetaria es un elemento clave en la toma de decisión de los inversionistas. Un ejemplo claro se ve con la reciente publicación de las minutas de la Reserva Federal – FED que muestran la discusión del comité de mercado abierto centrada en un posible aumento de tasas en 2022, inclusive mencionando marzo, lo que generó una venta masiva o selloff no sólo de bonos de Estados Unidos de 10 años sino también alemanes, japoneses y australianos.
Al igual que se mencionó anteriormente con las acciones, una forma de invertir de forma pasiva en renta fija es a través de algún ETF que replique el comportamiento del mercado de los bonos. El Gráfico 2 muestra un ejemplo en ese sentido con el ProShares Ultra 20+ year treasury, un fondo que busca replicar los rendimientos del índice ICE U.S Treasury 20+, donde la composición se centra en bonos del Tesoro de largo plazo. Aquí es donde aparece otra particularidad que ofrecen estos fondos y es la posibilidad de apalancamiento en su estructuración, en este caso es 200%, lo que implica un mayor riesgo ya que aumenta la magnitud tanto de la posible ganancia o pérdida.
Gráfico 2. Elaboración propia. Datos Bloomberg
Ahora bien, si se observa la región punteada en el Gráfico 2 se ve la relación entre el valor de la unidad del fondo comparado con la tasa yield de los bonos del Tesoro a 30 años. En este periodo se ha visto el aumento de ventas de estos bonos ante una mayor expectativa inflacionaria lo que lleva su tasa yield a aumentar y de igual manera, a caer las unidades del fondo en especial después de la publicación de las minutas del pasado 5 de enero.
Una vez entendido el funcionamiento de este tipo de instrumentos, la siguiente pregunta sería por qué incluirlos en una estrategia de inversión. En esencia, la respuesta a esta pregunta es la posibilidad de obtener una mayor exposición a un mercado o clase de activo a través de la gestión pasiva. Es decir, si un inversionista decide adquirir unidades del SPDR no está comprando una acción en Estados Unidos, sino que está comprando el comportamiento de las acciones más representativas. Por otro lado, si invierte en el proshares 20+ lo que está obteniendo es exposición a títulos del gobierno de Estados Unidos de largo plazo específicamente.
Pero el alcance de los ETFs va más allá de los bonos y las acciones. También existen muchos otros activos que se centran en una clase particular como el oro, el petróleo y hasta bitcoin, lo que permite a los inversionistas buscar exposición en otros niveles a través de esquemas de gestión pasiva con un comparable claro. Adicionalmente, como ya se mencionó, existen diferentes características en su estructuración, en especial su nivel de apalancamiento y si están moviéndose con el índice o en contra tomando posiciones cortas.
Sin embargo, es necesario entender que sin importar el comportamiento que busque replicar el ETF estará también sujeto a los riesgos inherentes de dichos activos. Es decir que si compro un ETF que sigue un índice de oro y por alguna razón la demanda de este metal cae y hace caer su precio, es lógico pensar que el valor de las unidades del fondo también caerá. Por eso, el ejercicio de invertir en estos instrumentos se debe mover en dos niveles, el primero entender los riesgos asociados a su activo subyacente y el segundo saber elegir el gestor, ya que ambos son determinantes en el comportamiento futuro de la inversión.
Informe elaborado por Gandini Análisis para SupraBrokers sólo como contenido y en ningún caso se considera una recomendación de inversión.